El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) es un tributo local que deben abonar todos los propietarios de bienes inmuebles, pero no en todos los casos puede desgravarse en la declaración de la renta. Sin embargo, sí existe una situación clara y frecuente en la que los propietarios pueden beneficiarse fiscalmente de este impuesto: cuando el inmueble está alquilado y se obtienen rendimientos inmobiliarios.
Cómo desgravar el IBI en inmuebles alquilados
Si tienes una vivienda en alquiler, el importe íntegro que abonas por el IBI cada año es deducible como gasto necesario para la obtención de rendimientos del capital inmobiliario. En el contexto del IRPF, este gasto se resta a los ingresos brutos por alquiler, de modo que reduces tu base imponible y, con ello, el impuesto a pagar sobre las rentas obtenidas.
Es imprescindible que el inmueble esté efectivamente alquilado durante todo o parte del ejercicio fiscal que abarca la declaración. En caso de que la vivienda solo haya estado arrendada durante una parte del año, solo será deducible la porción del IBI que corresponde a los meses de alquiler, aplicando un criterio de proporcionalidad. Por ejemplo, si el inmueble se ha alquilado durante seis meses, podrás desgravarte el 50% del importe anual del IBI como gasto vinculado al arrendamiento .
Requisitos para la deducción y documentación
Para desgravar el IBI sin incidencias con la Agencia Tributaria, debes cumplir una serie de requisitos y conservar la documentación pertinente:
- El inmueble debe haber estado efectivamente alquilado y debes poder demostrar los periodos de arrendamiento con contrato registrado y, si es posible, recibos de pago de la renta.
- Únicamente se puede deducir el IBI correspondiente al tiempo en que el inmueble estuvo alquilado. Si, por ejemplo, el contrato de alquiler comenzó en abril, deberás calcular la proporción correspondiente a los nueve meses desde entonces hasta diciembre.
- Es aconsejable acompañar la deducción con las facturas o justificantes de pago del IBI para evitar posibles requerimientos o inspecciones.
- Introduce el gasto en la casilla correspondiente al rendimiento del capital inmobiliario en el modelo de declaración que corresponda (actualmente el Modelo 100).
En el supuesto de viviendas de alquiler turístico o alquileres de duración parcial, la regla proporcional se mantiene, deduciéndose solo el porcentaje temporal del IBI equivalente a los días, semanas o meses durante los cuales estuvo vigente el arrendamiento .
Otros gastos deducibles y relevancia del IBI en el IRPF
El IBI forma parte de una lista más amplia de gastos deducibles para propietarios en régimen de alquiler, que según la legislación del IRPF, pueden restarse al total de ingresos por arrendamiento para calcular el rendimiento neto. Junto con el IBI, pueden deducirse otros gastos directamente vinculados al inmueble, como:
- Cuotas de la comunidad de propietarios
- Reparaciones y conservación necesarias para mantener la habitabilidad
- Mantenimiento de electrodomésticos y mobiliario (mediante amortización)
- Servivios y suministros (si los paga el arrendador), como luz, agua o gas
- Seguros del hogar obligatorios
- Gastos de defensa jurídica relacionados con el alquiler
Todos estos gastos, incluido el IBI, se deducen para obtener el rendimiento neto del capital inmobiliario. A este resultado posteriormente pueden aplicarse reducciones, como la reducción general del 50% para alquileres de vivienda habitual, lo que puede suponar un considerable ahorro fiscal .
Limitaciones y casos en los que no es deducible
Es fundamental aclarar que, fuera del alquiler y algunos supuestos de actividad profesional por parte de autónomos, el pago del IBI no es deducible en la declaración de la renta. No puede desgravarse el IBI de tu vivienda habitual ni el de una segunda residencia que no se alquila ni genera ingresos. En estos casos, el IBI sí repercute en el cálculo de imputación de rentas inmobiliarias, pero como titular del inmueble no puedes restar su importe de tu base imponible, a diferencia de lo que sucede con los ingresos por alquiler .
Un caso especial lo constituyen los autónomos que desarrollan su actividad profesional en una parte de su vivienda. En estos supuestos es posible deducir únicamente la parte proporcional del IBI que corresponde al espacio efectivamente afecto a la actividad profesional, calculando el porcentaje con respecto al total de metros cuadrados del inmueble .
En el caso de alquileres turísticos o de uso temporal, la deducción sigue las mismas reglas de proporcionalidad. Es decir, solo tienes derecho a deducir el IBI correspondiente al tiempo en que la vivienda ha estado realmente alquilada. No es deducible el importe correspondiente a los períodos en los que el inmueble permaneció vacío o a disposición personal del propietario.
En definitiva, la deducción del IBI en contratos de alquiler es una herramienta clave para optimizar la tributación de los propietarios en la declaración de la renta, siempre que se ajuste a la normativa vigente y se justifique adecuadamente ante la Agencia Tributaria. La adecuada gestión de estos gastos, junto con el resto de deducibles, permite reducir sustancialmente la carga fiscal sobre los rendimientos del capital inmobiliario, haciendo más rentable la explotación de viviendas en alquiler. Para profundizar en los aspectos legales y técnicos relacionados con este impuesto, puede consultarse el artículo específico sobre el IBI en Wikipedia.